St. Pere de Rodes | |
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Sant Pere de Rodes
Las
primeras noticias que conservamos de este cenobio se remontan al año 878,
en que era solo una humilde celda monástica. Durante
la primera mitad del s. X ya será una abadía independiente. En los s. XI
y XII, el monasterio adoptará la que será su configuración principal,
aunque seguirá siendo objeto de sucesivas reformas durante su dilatada
historia, que acaba el 1835 en que es abandonado definitivamente, a causa
de los repetidos saqueos y de la Desamortización. El
elemento más importante del monumento es la iglesia, obra capital y única
en su tipo dentro del románico catalán. La nave central de la basílica,
de claro regusto clásico, es de una riqueza decorativa y grandiosidad
excepcionales. Los capiteles, de tipo califal, son de tradición corintia
o con decoración de lacerías y están considerados entre las mejores
piezas escultóricas del s. XI. También
son destacables la torre de defensa (s. X reformada el s. XIV) y el
campanario (de fines del s. XI) así como los 2 claustros superpuestos y
los restos de decoración pictórica mural. El
monasterio, recientemente restaurado, la iglesia de Santa Helena, los
restos del poblado del mismo nombre y las ruinas del castillo de Verdera,
forman un conjunto monumental extraordinario en una situación paisajística
de primer orden con vistas al Cabo de Creus. Cap de
Creus Forma
un litoral extremadamente abrupto, de aguas profundas, con abundancia de
islotes, altísimos acantilados, escollos de rocas descarnadas por la
erosión y los vientos, prados y bosques en el interior, y escondidas
calas de aguas transparentes, a menudo accesibles sólo por mar. Como
punto más oriental de la península Ibérica, es notorio el flujo de aves
migratorias. Destaca
especialmente la singularidad de algunas rocas asociadas a formas de
animales, que, con el paso del tiempo, han llegado a ser míticas; es el
caso del águila de Tudela y el león del Cap Gros, o el de la roca de la
isla de Culleró, situada frente a la cala del mismo nombre y que, al
parecer, inspiró a Salvador Dalí en su obra El gran masturbador. El Port de la Selva es un pueblo muy tranquilo, alejado de ruidos y contaminaciones, un lugar apropiado para pasar unas buenas vacaciones. Desde marzo de 1998, El Port de la Selva, está incluido dentro del Parque Natural del Cap de Creus, tanto con respecto a la zona marina, como a la terrestre, estando sometidas, a diferentes niveles de protección, según las características del territorio. |
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